Desde Federación Agraria Argentina rechazamos enérgicamente las medidas dispuestas por el gobierno nacional que generaron el cierre de nueve sucursales del Banco Nación y de la gerencia zonal de dicha institución en La Pampa. Esta decisión, supuestamente basada en un incremento impositivo ordenada por el gobierno provincial, no va en contra de la medida arbitraria de un gobernador, sino que atenta directa y fuertemente contra la actividad agropecuaria, golpea fuertemente al interior productivo de esa provincia, y con más dureza a los productores de menor escala, ya que la entidad tiene una enorme relevancia financiera para los productores y la economía provincial en general.
Sin lugar a dudas nos oponemos a la voracidad fiscal con la que gobierno pampeano decidió duplicar la alícuota del Impuesto a los Ingresos Brutos que grava los créditos a las familias y a las PyMEs. Pero eso no puede implicar que el gobierno nacional aproveche esta medida (que también perjudica a los productores) para avanzar sin consultar ni considerar consecuencias en un achique del Estado. En este caso, el cierre de sucursales y de la gerencia zonal, atenta contra el modo de vida del productor, azotando al interior productivo en su conjunto, y limitando el país federal que queremos, al someter a los productores que necesitan de la banca pública a tener que hacer más distancias, o al no poder acceder a los beneficios y servicios que ofrece el BNA.
Preocupa e indigna esta medida contra la banca pública porque es una herramienta clave que ha sostenido a los productores en las crisis, en las emergencias climáticas, o frenando los desalojos rurales en otras épocas. Entonces el cierre de sucursales o de gerencias no se trata solo de medidas que se puedan tomar arbitrariamente desde escritorios en el centro porteño, sino que debe evaluarse el impacto que tendrá al dejar de promover el desarrollo, en este caso, en esa provincia, y de dar apoyo a las actividades productivas.
Defendemos hoy, como siempre al Banco Nación. De hecho, así lo hemos históricamente allá en los ‘90, frente a los embates nacionales que fomentaban la ola privatizadora a la cual nos opusimos fuertemente. Por eso hoy, como ayer, decimos no al cierre de las oficinas y de la regional en La Pampa, sin explicaciones, ni alternativas para todos sus clientes y para quienes viven en esa provincia. En pos de frenar una arbitrariedad de la política local, la política nacional no puede desarmar toda esa estructura de apoyo al productor, sin darnos alternativas.