El gobierno de Mendoza puso en marcha una prueba piloto para que los presos del moderno penal Almafuerte realicen trabajos de manera remunerada. 

Ya en su primera gestión el gobernador Alfredo Conejo presentó un proyecto que obligaba a los reclusos a participar de talleres y capacitaciones para acceder a diferentes beneficios y ahora esto se complementa con un programa que les dará la posibilidad de desempeñarse en el ámbito privado como empleados formales. 

Lo de ahora se trata de una prueba piloto para que diferentes firmas se establezcan en el predio del moderno complejo penal Almafuerte.

En conferencia de prensa, Cornejo dijo que quieren a los presos trabajando en oficios concretos que luego permitan la resocialización posterior, cuando salgan en libertad, una vez cumplida la condena.

El objetivo es que «puedan trabajar en cosas que realmente a la ciudadanía le hagan falta y le hagan falta al mercado».

«Hay empresas que hacen construcciones livianas, que está ofreciendo poner un taller ahí y pagarles el sueldo a ellos. Hay pinturerías que han preguntado si pueden llevar sus equipamientos y trabajarían allí», detalló. 

El gobernador mendocino sostuvo que hay mucha gente trabajando en los talleres, pero no con el sector privado. La propuesta estará destinada a los presos con buena conducta.

Además, el Intendente de Las Heras, Francisco Lo Presti, firmó un convenio con el Servicio Penitenciario Provincial para tener la prioridad a la hora de comprar los productos que van a generar los presos y dicen, le va a generar a la comuna un ahorro de 20 millones de pesos. 

Los presos van a continuar privados de la libertad hasta que cumplan su condena, pero van a tener la posibilidad de tener de este modo un trabajo que les permita cobrar un sueldo. 

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