El sumo pontífice apareció luego de haber permanecido varios días internados por un cuadro de bronquitis. Agradeció a los fieles por las oraciones para su salud.
El papa Francisco (86) reapareció hoy en la celebración del Domingo de Ramos, luego de haber recibido el alta este sábado. El sumo pontífice fue ingresado este miércoles por una bronquitis infecciosa y gracias a su recuperación dio inicio a las celebraciones de Semana Santa.
“Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados”, expresó este domingo el papa Francisco frente a 60.000 fieles presentes, quienes se hicieron presente con sus ramos de hojas de olivo y palma en la Plaza de San Pedro, ubicada en el Vaticano.
“Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser marginado, nadie puede ser abandonado a su suerte”, agregó. Aunque se lo vio con buen semblante, Jorge Bergoglio permaneció sentado en su trono, mientras el cardenal Leonardo Sandri ofició la ceremonía religiosa. Es que además del problema que presentó en la última semana, hace casi un año que la artrosis que padece le impide realizar las misas y, en varias ocasiones, ha utilizado una silla de ruedas para trasladarse.
“Muchos necesitan nuestra cercanía, muchos abandonados. También yo necesito que Jesús me acaricie, que esté cerca de mí, y por eso voy a buscarlo en sus abandonados y en los solitarios”, dijo.
Francisco explicó que en el mundo de hoy “hay tantos abandonados”. “Pueblos enteros explotados y abandonados a la suerte; pobres que viven en las cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino número; presos rechazados, personas catalogadas como problemas”.
Alzando la voz dijo que “hay muchos Cristos descartados con guante blanco, como niños no nacidos, ancianos dejados solos en los geriátricos, enfermos no visitados, incapacitados, ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”.
“AÚN ESTOY VIVO”
Tras haber recibido el alta este sábado, el papa Francisco, se lo vio de buen humor y hasta ironizó sobre su estado de salud al salir del hospital Gemelli, ubicado en Roma. “Aún estoy vivo”, les dijo a los periodistas que estaban en la puerta.
“Sentí solo un malestar, pero no tuve miedo”, agregó, antes de retornar a la Casa Santa Marta en el Vaticano, en donde esta tarde retomará su agenda de trabajo. “Admiro tanto a los que trabajan en el hospital”, sostuvo luego, tras saludar dentro del centro médico “al Rector de la Universidad Católica, Franco Anelli, junto a sus más cercanos colaboradores, el Director General del Policlínico, Marco Elefanti, el asistente eclesiástico general de la Universidad Católica, Monseñor Claudio Giuliodori, y el equipo de médicos y trabajadores de la salud que lo asistieron durante estos días”, informó el Vaticano en un comunicado oficial.