En el marco de una actividad impulsada por la Biblioteca Popular Municipal “José Manuel Estrada”, en la tarde de este domingo se llevó a cabo el cierre del taller denominado “Tejemos letras, trenzamos cuentos”, auspiciado por la Dirección de Educación y Cultura, dependiente de la Secretaria de Gobierno de la Municipalidad de General Pico.
Esta actividad se desarrolló los sábados del mes de agosto y culminó ayer en conmemoración al Día de las Bibliotecas Populares. El taller estuvo destinado a niños y adolescentes desde 6 a 14 años de edad en el cual cada uno escribió sus propias historias que luego fueron compiladas en un libro.
Allí estuvo presente la subdirectora de Educación y Cultura, María del Carmen Elizalde y las profesoras a cargo del taller. También asistieron las familias de los niños y niñas asistentes.
Antes de la entrega de los libros, proyectaron un video donde cada niño y niña contó su experiencia tras haber participado del taller. El mismo fue grabado y obsequiado en el interior del libro que cada participante se llevó consigo.
Una vez finalizado el evento, la subdirectora Maria del Carmen Elizalde explicó que “esta es la segunda edición de “Tejemos letras, trenzamos cuentos”, donde a modo de taller los chicos pudieron escribir sus propias historias. Se trabajó desde la Biblioteca con algunos disparadores que estaban vinculados a poder empezar a pensar en una historia, dándole forma de cuento y narración. A esto se le agregó la ilustración que ellos mismos hicieron para luego desarrollar una especie de compendio y poder armar un libro que va acompañado de un CD con las entrevistas que se les dieron a ellos, y que pudieran contar qué sintieron con esta experiencia”.
Comentó que durante las clases “escribieron dos cuentos, de manera individual, y también efectuaron una creación en grupo, en el último encuentro. También realizaron las ilustraciones de los mismos, incluso la tapa del cuento”, siguió.
“Hoy se llevaron su libro, donde están todos los cuentos, los de cada uno y de sus compañeros. Por supuesto que la producción manuscrita original de quienes participaron queda en la Biblioteca Estrada. La idea es que cuando papá, mamá o incluso ellos quieran volver a contactarse con esa producción, desde la Biblioteca les podemos hacer una fotocopia y se lo pueden llevar”.
Elizalde también comentó que “fue fantástica la respuesta de las familias, porque si no estuviesen ellos detrás de cada niño y niña esto sería imposible. Vemos que la participación de los más pequeños tiene que ver con el estímulo que reciben desde la casa”, puntualizó.