China sigue aspirando volúmenes inéditos de carne vacuna: Uruguay le vendió 21.000 toneladas en marzo, Australia 20.000 y Brasil llegó a 45.000 entre los envíos a China y a Hong Kong. Todavía no se conocen los datos correspondientes a la Argentina para ese mes, pero los embarques también serán altos.
Sucede que en agosto de 2018 China tuvo su primer brote de fiebre porcina africana, «una enfermedad hemorrágica que generalmente causa una mortandad del 100% de los animales atacados. Es provocada por un virus longevo que está presente en todos los distritos chinos, algo que las autoridades están ocultando, aunque la enfermedad no reviste peligro para los seres humanos», informa Ignacio Iriarte, director de Informe Ganadero.
Por esta causa hay una matanza masiva anticipada de cerdos chinos y una suba en los precios de este tipo de carnes. La consecuencia de estos ataques es que a China le van a faltar por lo menos 12 millones de toneladas de carne porcina, de los 54 millones que produce.
Vienen por más
La gran beneficiada por esta situación es la carne vacuna, que está teniendo una demanda extraordinaria por parte de los importadores chinos.
En el plano local, se han agotado las disponibilidades para exportar cortes baratos a China y se están embarcando varios cortes de los cuartos delantero y trasero. Así, la exportación ya está incursionando en un terreno típico del consumo interno.
Históricamente, el parrillero (asado, matambre, vacío), más la colita de cuadril y el peceto, se orientaban sí o sí al consumo interno, que muestra fuerte demanda por ellos. Por otro lado, los exportadores embarcan bife angosto y ancho, ojo de bife, lomo y tapa de cuadril. Esta separación, «que funcionó muy bien durante muchos años, se complicó ahora: se están cruzando los intereses y el que exporta, demanda cortes populares que eran orientados exclusivamente al consumo. Si se acentúa este comportamiento demandante de China puede cambiar el mapa y los precios del mercado mundial de carne», vaticina Iriarte.