Cecilia Ramos, una médica tucumana de 50 años, volvía de trabajar a su casa cuando la sorprendieron dos motochorros. “Estacioné el auto y cuando fui a abrir la puerta, escuché la frenada», relató en TN. Después, todo sucedió en segundos. Forcejearon hasta que pudieron sacarle la cartera, huyeron a toda velocidad y a los pocos metros chocaron con un patrullero. Uno de los delincuentes fue detenido, y el otro quedó herido en la vereda.
El hecho ocurrió en la calle Necochea al 1.000, a media cuadra de la Jefatura de Policía. Sin embargo, Ramos sostuvo que es una zona de mucha inseguridad y los vecinos reaccionaron con furia contra el ladrón. Ella había escuchado el impacto del accidente y se acercó al lugar sin saber lo que iba a encontrar, pero entonces lo vio. «Era justamente quien me había robado, tenía mi cartera tirada al lado».
«Los vecinos estaban enfurecidos», recordó la mujer. «Querían golpear al chico por haberme robado la cartera. Lo único que hice es asistir a alguien que tuvo un accidente, como hago siempre”, agregó. El delincuente se había lastimado la espalda por la caída, y tenía lesiones leves también en una pierna y en el codo.
En medio de los insultos de la gente y la tensión del momento, Ramos intentaba asistirlo mientras esperaban la llegada de una ambulancia. El diálogo que tuvo en ese lapso con el ladrón, parecía sacado de una película. «Me juró que él no había robado nada. Le dije: ‘No me mientas, sé que fuiste vos’». Entonces el chico le pidió que no lo dejara solo porque «lo iban a linchar». “Me prometió que no va a volver a robar”, remarcó Ramos.
La buena conducta le duró hasta que, después de rogarle que no lo denunciara, ella le dijera que sí lo iba a hacer. «Entonces me dijo que sabía dónde vivía, me sentí amenazada”, contó. A pesar de la actitud del ladrón, la médica dio un mensaje conciliador. «Soy católica, creo en las segundas oportunidades», concluyó. El herido fue trasladado a un centro asistencial, donde todavía sigue internado. Él y su cómplice quedaron detenidos.
Fuente: TN